little Ce aportation

Para unos la felicidad es dinero en la cartera, cerveza en la nevera, una carrera brillante o simples hechos considerados importantes.
Para otros, consiste en conocer el mundo. Conocerlo a través de su mirada curiosa, de la insignificancia abrumadora esponjeando experiencias.

No me malinterpretéis. Me encantaría viajar por el mundo bebiendo cerveza. Y por qué no, en un futuro a este paso lejano, tener una brillante carrera.
Sin embargo, para mí como para muchos otros, la felicidad consiste en algo tan típico y tópico como tener cerca algún que otro “ente fascinante” con quien reír sin motivo aparente, simplemente por lo gracioso de no saber por qué coño le queremos tanto.

La felicidad de sentirte parte de una persona especial. Buena no solo en apariencia, sino inmensa en todo lo que no se percibe a simple vista. Con un poco de tiempo para descubriros encontrarás la oportunidad de ser feliz. La oportunidad de hacer lo que esté en tu mano por la felicidad de alguien más y la felicidad como certeza de no sentiros perdidos.
No hablo de altruismo. No soy tan buena persona. Hablo de una simbiosis, quit pro quo, dar y recibir. Toda esa maravillosa mariconada llamada amistad.
Porque cuando eres feliz puedes llegar a los límites de tus posibilidades. Ser lo mejor que puedes ser y conseguir mucha cerveza y una brillante carrera.
Aquí y en Pekín.