viernes, 15 de enero de 2010

La mecánica del corazón

Imagina la noche más fría de la historia. La nieve cae sobre la ciudad de Edimburgo. En lo alto de una colina nace Jack, pero su corazón está dañado. Por eso necesitará reemplazarlo por un reloj de madrea, un corazón artificial del que dependerá su vida. Reglas para sobrevivir:
  1. No toques las agujas.
  2. Domina tu cólera.
  3. No te enamores nunca.
''Después de un cuarto de hora de ajustes a mi corazón y una buena sopa de fideos, recupero mi estado normal.
La doctora Madeleine tiene un gesto cansado, como cuando después de horas y horas cantando no consigue que me duerma, aunque esta vez tiene un aire más concienzudo.


-Recuerda que tu corazón no es más que una prótesis, es infinitamente más frágil que un corazón normal, y me temo que siempre va a ser así. Los mecanismos de tu reloj no filtran las emociones como lo harían los tejidos de un corazón normal. Es absolutamente necesario que seas prudente. Lo que ha ocurrido en la ciudad cuando has visto a esa pequeña cantante confirma lo que me temía: el amor es demasiado peligroso para ti.

-Me encanta contemplar su boca.

-¡No digas eso!

-Su rostro es hermoso, con esa sonrisa resplandeciente que provoca que uno quiera contemplarla mucho rato.

-No te das cuenta, te lo tomas como si no tuviera importancia. Pero lo que haces es jugar con fuego, un fuego peligroso, sobre todo si se tiene un corazón de madera. Te duelen los engranajes cuando toses, ¿verdad?.

-Sí.

- Pues bien, ese es un sufrimiento insignificante si lo comparas con el que puede originar el amor. Algún día, es posible que tengas que pagar un precio muy alto por todo el placer y la alegría que el amor provoca. Y cuando más intensamente ames, más intenso será el dolor futuro. Conocerás la angustia de los celos, de la incomprensión, la sensación de rechazo y de injusticia. Sentirás el frío hasta en tus huesos, y tu sangre formará cubitos de hielo que notarás correr bajo tu piel. La mecánica de tu corazón explotará. Yo misma te instalé este reloj, conozco perfectamente los límites de su funcionamiento. Como mucho es posible que resista la intensidad del placer, pero no es lo bastante sólido para aguantar los pesares del amor.


Madeleine sonríe tristemente, con el rictus que siempre la acompaña, pero en esta ocasión no hay ni rastro de cólera.''

1 comentario:

Ido dijo...

qué wonderful beibe!
un poco...lúgubre (oscuro, para los de la logse), pero es bonito literatulísticamente...

no obstante, me contrapongo a la señora Madeleine, con una frase del señor Wilde:

``el que se niega a sufrir por amor, se destruye a sí mismo´´.